¡Bienvenidos! Soy Mariela ama de casa madre de dos jóvenes, y me costó varias consultas a profesionales e incluso pensar que me estaba volviendo loca hasta que pude comprender que no todos podían ver aquellas personas y mascotas que yo veía y buscaban comunicarse conmigo…

Decidí publicar mi experiencia ya que soy de la ciudad de Villa Allende, provincia de Córdoba, Argentina y en esta zona no se habla mucho del tema, por eso me costó comprender que me sucedía y más aún interpretar las señales y con calma frente a lo que presenciaba tratar de controlar la situación y poder recibir el mensaje.

Siempre desde muy pequeña, me sentía acompañada por distintos amigos invisibles, cómo les llaman habitualmente, pero para mí no eran tan invisibles y aún con 17 años seguían apareciendo y lo hacían a toda hora.

Por el qué dirán, traté de quitarlos de mi mente y dejar de hablar sola, pero seguía escuchando como una radio mal sintonizada, me costaba dormir, me generaba ansiedad y cambios de humor. Conforme crecía, las experiencias eran más fuertes y no podía controlarlas, sentía dolor en la zona del tercer ojo y también de cabeza. Me venían imágenes de la gente que me rodeaba en distintas etapas de su vida, escuchaba nombres o mensajes con insistencia y ya en mí trabajo vivía muy estresada, busqué ayuda profesional y sólo me dieron pastillas para dormir y ansiolíticos.

Fué una etapa muy traumática, de mucha incertidumbre, por eso, no quiero que otras personas sufran tanto para comprender lo que les está pasando y busco ayudarlos a identificar ésta función más desarrollada en ellos que en el resto de amigos o familiares, para que no se sientan raros o aislados, ni crean que están locos.

Soy mamá y mis hijos tienen mediumnidad, pero a diferencia de mí infancia, yo detecté sus síntomas y siempre busqué orientarlos, hablar del tema, darle seriedad y permitirles que traten de controlar la situación y que lo tomaran como algo natural, como el hablar o caminar. No quiero que se opsecionen con ésto pero si que lo comprendan y que traten de que no ocupe el 100% de su día, sino que les permita seguir haciendo cosas sin invadirlos. Si alguien busca contactar con ellos, les enseño cómo pedir con respeto, que les den su espacio, que esperen otro momento.

En casa hablamos del tema, pero no es lo central, muchas veces reniego de ésta facultad porque no puedo descansar y me agota mucho canalizar espíritus, pero a la vez mí guía espiritual me dice que debo seguir.

Muchas veces pedí señales, para saber si ya no debo continuar recibiendo mensajes para quien venga a consultarme y fueron muy claras las señales, indicando que aún tengo que seguir ayudando a las personas que me buscan para comunicarse con otros amigos y familiares que no están aquí físicamente.

En el siguiente enlace podrán escuchar la entrevista radial referida a mediumnidad, que me realizaron hace unas semanas.

https://www.facebook.com/watch/?v=443644280782353

Soy un canal abierto, veo fotos y recibo información, estoy cerca de una persona y comienzo a recibir mensajes, imágenes de su vida, si lo toco (imposición de manos), su guía espiritual me da más información y puedo ver si un ente lo atormenta, si un espíritu obsesor lo está manipulando. Deben tener en cuenta que el mundo espiritual influye sobre nosotros, es energía que se encuentra con la energía áurica de cada uno.

Cuando la persona recibe la envidia o el odio por parte de una expareja, vecina/o, supuesta/o amiga/o o conocida/o, también puedo verla, a diferencia de otros médium yo en la mayoría de las sesiones puedo ver y describir al espíritu, me muestra como murió, que actividad hacía, que objetos lo identifican para su familia, un reloj, un anillo, un vehículo, a veces una expresión o costumbre de señalar con el dedo, de tomarse la cabeza, etc.

Con la información que me dan, trato de interpretar un mensaje que tenga sentido para el consultante y siempre aclaro, no soy adivina, el espíritu me cuenta cosas que solo el familiar o el amigo sabe, para validar su presencia, viene da el mensaje y se va, no puedo estar con él el tiempo que quiera el consultante, incluso muy pocas veces, pero sucede que no quiera presentarse, que no pueda en ése momento y también le aclaro ésto a la gente. Quieren hablar con alguien en particular, pero se presenta otro espíritu, éso sucede habitualmente.

Como soy un medio que utiliza el espíritu para dar su mensaje, les aclaro que olvido casi inmediatamente, que pruebas de ser quien dice ser les dio, que mensaje les pasó, etc. Con el tiempo, vuelve alguien y me dice: «Pasó tal cual lo que me dijiste», sin embargo yo apenas puedo recordarlos, por eso siempre les digo que presten atención a lo que les dice el espíritu presente, porque apenas doy el mensaje olvido lo que hablamos con el consultante.

Ahora vienen a mi casa personas a consultar sobre familiares y amigos, puedo atender 2 por día porque me agota mucho, en un comienzo era gratis, pero me llamaban todo el día y me contactaban de distintos países, provincias, etc. por lo que me ví obligada a poner horarios y un costo. Tengo lista de espera, cada sesión me genera situaciones previas que me anticipa la carga energética que trae la persona consultante. Que quiero decir, que siento la ansiedad, el temor, el nerviosismo, el malestar, la tristeza de la persona que voy a entrevistar incluso un día antes de su llegada.

La experiencia de mediumnidad la llevo a cabo como una charla común y corriente, sólo necesito saber: Javier, papá. Un nombre y vínculo, ni siquiera nombre completo, de ése modo cuando se presenta, brinda datos específicos cómo prueba de vida y el consultante sabe quien se ha presentado sin dudar de ello. Durante la canalización, siento la causa de muerte en mi cuerpo, es decir me transmiten si murieron violentamente en un accidente, dolor en todo el cuerpo por los traumatismos, si fue por un infarto el dolor en el pecho, me asfixio, siento los disparos, puñaladas, golpes, en fin todo tipo de señales en mi cuerpo y sentidos que me llevan a revivir sus últimos minutos de vida. Por este motivo me afecta físicamente cada canalización y con el paso de los años me cuesta más recuperarme.

El mundo espiritual existe, nos rodea e influye permanentemente en nosotros, no alcanzamos a imaginar cuánto lo hacen, ellos son testigos de cada evento de nuestras vidas y me lo hacen saber para que se los diga, ayuda a sobrellevar el duelo, a comprender esos sentimientos de que algo me salvó de un accidente o de tomar una mala decisión y por lo general, lo llamamos sexto sentido.

Nunca busco convencer a nadie, pero tengan en cuenta: Que porque tú no puedas ver algo, no significa que no existe…

Péndulo hebreo Villa Allende

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